Tu bondad, un milagro para ti y los demás.
Luchamos contra nuestros problemas. No nos damos cuenta que, en realidad, lo que hacemos es luchar contra nosotros mismos. La amabilidad hacia nosotros es la puerta para lograr el milagro de aceptarnos incondicionalmente. De permitirnos «ser» tal y como somos. Sin más.
Esta bondad, esta ternura hacia nosotros, es la misma llave que abre el corazón de los demás.