Una acción sin compasión es como plantar un árbol muerto, éste nunca crecerá.
Sin embargo, cualquier acción que sea hecha con compasión (es decir, que contenga la intención de aliviar a todos los seres de su sufrimiento), es como plantar un árbol vivo. Éste crecerá interminablemente y nunca morirá.
Incluso si el árbol llegara a morir, siempre dejará como legado sus semillas, las cuales crecerán también como otros árboles. Del mismo modo, la cualidad orgánica de la compasión hace que ésta crezca más y más.
Chögyam Trungpa Rinpoché.