Va a ser que no – o lo que otros llaman: Tener suerte !
Muchas veces la necesidad de satisfacción sensorial enmascara el querer huir de un estado de inseguridad e inquietud que nos sobrepasa, que nos sobrecoge y desborda; que nos conecta con la suprema angustia del alma; con el terror de la amenaza de separación y soledad. Un espejismo que nubla el oasis de nuestra verdadera esencia.
Sin embargo, animarnos a encarnar la tristeza de la decepción, puede que nos permita tomar tierra, aterrizar en esa tristeza fundamental que nos pone en contacto con un sentimiento penetrante de fragilidad que nos acerca a la universalidad del sufrimiento.
Y si tenemos la suerte de no perder de vista la desnudez y humildad de sentirnos despojados de nuestra maltrecha exclusividad, podremos suavemente animarnos a mostrarnos tal cual somos… y desplegar la bondad que surge de permanecer en ese espacio incierto en el que se juntan la interconexión y la singularidad.
Copyright © 2015 Esteban Andrés Galliera Elizalde